Alerta por brotes de polio en países desarrollados

Desde principios de 2022, dos casos de parálisis por el virus de la polio han sido comunicados en Jerusalén (febrero) y en Nueva York (junio) (Link-Gelles y cols. MMWR 2022). Los expertos consideran que puede ser la punta del iceberg. El virus de la polio podría estar circulando de una forma creciente y en muchos más sitios.

La poliomielitis era una enfermedad infecciosa terrible y frecuente hasta hace medio siglo. Está producida por un virus ARN que se transmite principalmente por vía fecal-oral, esto es, a partir de aguas contaminadas. Aunque muchos casos son asintomáticos, algunos pacientes desarrollan daño neurológico, con destrucción neuronal en la médula espinal. Se produce de forma irreversible parálisis fláccida de las extremidades inferiores en 1 de cada 200 infectados. Las formas más graves, con encefalitis, pueden ser mortales. 

Tras la II Guerra Mundial, la vacuna inyectada con virus inactivados (vacuna de Salk) y, una década después, la vacuna oral con virus atenuados (vacuna de Sabin) consiguieron eliminar la infección en gran parte del mundo. Sin embargo, todavía es endémica en Afganistán y Pakistán, donde la cobertura vacunal es insuficiente. Las guerras y la pandemia de COVID-19 han empeorado el acceso a las vacunas en otros países del Tercer Mundo, como en Yemen, donde se han descrito brotes en los últimos años.

En los países occidentales, alrededor de un 6% de los niños de menos de 6 años no están vacunados y son susceptibles de padecer la infección. Desde principios de año, el estudio de aguas residuales en Londres, Nueva York y Jerusalén ha comunicado la presencia de virus de la polio (Guglielmi G. Nature 2022). En todos los casos, se trata de la variante atenuada utilizada en la vacuna oral de la polio (vacuna de Sabin). Las autoridades sanitarias han emprendido campañas de refuerzo de la vacunación de todos los niños de 1 a 9 años (Ledford H. Nature 2022). 

Aunque la vacuna oral de la polio (Sabin) es más efectiva que la de virus inactivados, ocasionalmente puede producir enfermedad, tras la selección de mutaciones en el virus atenuado. Por eso, la vacuna inyectada con virus inactivados (Salk), que es más segura, es la más utilizada actualmente. Eso sí, aunque evita el desarrollo de enfermedad, no bloquea la infección y transmisión del virus. 

La OMS aprobó hace dos años una nueva formulación de la vacuna oral, con un virus atenuado que incorpora un sistema de hipermutagénesis, que anula el riesgo de reversión a formas virulentas. Ya ha sido administrada a más de 100 millones de personas y está prevista su administración en casos de emergencia sanitaria.

La lucha contra las enfermedades infecciosas tiene tres pilares fundamentales. El primero es la higiene y la prevención del riesgo de exposición. La segunda son las vacunas, que bloquean la infección (esterilizantes) o protegen de formas graves. La tercera arma contra las infecciones víricas son los fármacos antivirales (Soriano y cols. Future Microbiol 2022).

En un mundo globalizado, con flujos migratorios importantes, es fundamental mantener activa la lucha en tres frentes: 1) los sistemas de vigilancia sanitaria; 2) asegurar tasas de vacunación elevadas, para evitar el resurgir de brotes de infecciones víricas que creíamos controladas; y 3) disponer de reservas suficientes de antivirales para uso inmediato, en caso de necesidad.  

 Desde la universidad, consideramos prioritaria la educación sanitaria. En octubre iniciaremos en UNIR (www.unir.net) una nueva edición del Máster Universitario en Enfermedades Infecciosas & Terapia Antimicrobiana. Tiene una duración de un año (48 créditos). Todas las sesiones se imparten de forma online a tiempo real (streaming) y también pueden verse en diferido. El título académico cuenta con un prestigioso claustro de profesores, con expertos españoles en enfermedades infecciosas.