La reunión bianual de la Asociación Internacional de Retrovirología (IRVA) tuvo lugar a principios de junio en Londres (HTLV 2024). Más de 200 investigadores de laboratorio y clínicos de todo el mundo asistieron al encuentro. Los participantes de Brasil, Japón y Australia estuvieron especialmente representados, como es de esperar por la alta endemicidad del HTLV-1 en esas regiones.
Alrededor de 10 millones de personas están infectadas con HTLV-1 en todo el mundo (Gessain et al. Front Immunol 2023). Sin embargo, los estudios epidemiológicos son poco precisos, ya que muchos se basan en exámenes de unos pocos grupos de riesgo y/o sin pruebas de confirmación diagnóstica. Por otro lado, los estudios clínicos son igualmente poco rigurosos, porque no hay grandes cohortes prospectivas.
Dado que no hay vacunas ni antivirales frente al HTLV-1, el interés por identificar a los infectados ha sido escaso hasta ahora, incluso en las zonas altamente endémicas. Esto es desafortunado, ya que el cribado selectivo de algunas poblaciones, como las mujeres embarazadas, podría reducir drásticamente la transmisión del HTLV-1. Evitar o acortar la lactancia materna (durante menos de 3 meses) reduce más del 80% la transmisión vertical del HTLV-1 (Rosadas et al. Microorganisms 2022).
En América Latina, un metaanálisis reciente ha concluido que la prevalencia global de la infección por HTLV-1 entre las mujeres embarazadas es del 0,3%, muy superior a la tasa de VIH, hepatitis B o sífilis, infecciones para las cuales existe una clara recomendación de pruebas prenatales (Ramos et al. Int J Infect Dis 2024).
En el Reino Unido, donde vive un grupo relativamente numeroso de migrantes caribeños y africanos de las antiguas colonias, un modelo matemático ha concluido que casi 100.000 gestantes de países endémicos dan a luz a recién nacidos cada año. El cribado del HTLV-1 en esa población evitaría 58 infecciones infantiles por HTLV-1 cada año. La intervención sería coste-efectiva (Rosadas et al. Eurosurveillance 2024).
En la última reunión de la Red Europea de Investigación HTLV (HERN), celebrada en Madrid en otoño de 2023, se destacó la importancia de la transmisión sexual del HTLV-1. Por tanto, sería deseable realizar pruebas de HTLV a todas las personas que consultan por infecciones de transmisión sexual (ITS) (de Mendoza et al. Neuroimmune Pharmacol Ther 2024).
En la reunión de Londres se subrayó que ha llegado el momento de ampliar las pruebas de HTLV y recomendar que se hagan de modo universal, al menos una vez en la vida, como ya se hace para el VIH, la hepatitis B o C (Soriano et al. Int J Infect Dis 2024). Identificar a las personas asintomáticas que son portadoras del virus es la mejor manera de prevenir una mayor propagación del HTLV-1.
Durante la conferencia de Londres se discutió si podría ser oportuno considerar la profilaxis con antirretrovirales en las personas con riesgo de infección por HTLV-1. Se han comunicado datos in vitro que demuestran la eficacia antiviral de los inhibidores de la integrasa. Una forma de abordar este asunto podría hacerse con el cribado periódico de anti-HTLV, junto con el de anti-VIH (y otras ITS) en individuos seronegativos que reciben PrEP para prevenir la infección por el VIH (Maertens et al. Lancet 2024).