Auge del humanismo médico en la nueva era digital sanitaria

La irrupción de la inteligencia artificial en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades está revolucionando la práctica médica. Sin embargo, no todo es tecnicismo en medicina. Un artículo reciente en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine se ha posicionado a favor de cultivar el humanismo si queremos orientar con éxito el futuro de la profesión médica (Haug y cols. N Engl J Med 2023).

Los algoritmos informáticos (machine learning y deep learning), las grandes bases (lagos) de datos de acceso inmediato y la generación de contenidos (chatbots como ChatGPT) ya proporcionan información científica precisa y actualizada; pero continúa siendo necesario que un médico haga una buena recomendación de salud al paciente. Para ello debe tener en cuenta su personalidad, sus circunstancias familiares, su entorno socio-cultural y sus valores religiosos. Esa responsabilidad es el plus del médico respecto a la tecnología en la nueva medicina personalizada del s. XXI.

Médicos expertos en humanidad

La llegada de ChatGPT hace 10 meses ha transformado el horizonte de la investigación en salud y de la práctica médica. La posibilidad de generar algoritmos que de forma casi inmediata responden a preguntas y que se retroalimentan con información a tiempo real no tiene precedentes. Como poco supone un complemento a nuestro raciocinio y puede permitir que tomemos decisiones con más información.

Respecto a la nueva tecnología, del profesional sanitario no se espera mayor conocimiento de las enfermedades, ni de las pruebas diagnósticas ni de los tratamientos. Lo que se pide al médico cada vez más es que sepa guiar al paciente en su experiencia de la enfermedad, ya sea hacia la curación o, cuando no hay alternativa, acompañarle hasta el momento final. Por tanto, el médico de la nueva era digital debe ser un experto en humanidad.

En el mejor escenario, la inteligencia artificial librará al médico de trabajo administrativo y le ayudará a interpretar procedimientos diagnósticos (analíticas, electrocardiogramas, pruebas de imagen de radiología, lesiones cutáneas, daño en la retina, etc.). De este modo, la tecnología permitirá al médico dedicar más tiempo al paciente, que es su cometido más genuino (Detmer y cols. JAMA 2023).

Menos hospitalización y más tratamiento domiciliario

Para una mayor comodidad y satisfacción del paciente, la atención médica domiciliaria se está expandiendo respecto al clásico ingreso en un hospital. De ese modo, el coste económico también se reduce en muchos casos. Para el paciente, comer en su casa lo que desea, con su horario, utilizar su aseo y estar rodeado de su familia es de un gran valor. Por tanto, el manejo ambulatorio debe priorizarse y solo reservarse la hospitalización para los casos necesarios, en los que el manejo en domicilio es imposible, al menos durante un tiempo.

El desafío de los trastornos mentales

Desde los griegos hace 25 siglos, en la unidad de cada persona se reconoce un componente físico y otro anímico. Este dualismo se refleja en las enfermedades que puede experimentar el ser humano. Unas son más orgánicas y alteran la función de distintos órganos, mientras que otras se manifiestan preferentemente por cambios en la conducta o el estado de ánimo. La medicina tecnológica ha sido y es exitosa frente a muchas enfermedades físicas, incluido el cáncer, pero menos frente a los trastornos mentales. 

En una época en la que se subraya la autonomía del paciente y la necesidad de priorizar la satisfacción de sus deseos de salud, los médicos no podemos descuidar cómo curamos, además de procurar curar. Prestar atención al modo de ayudar al paciente a aceptar la enfermedad es tan importante como proporcionar el tratamiento. Esta doble dimensión técnico-humanista de la medicina se ha subrayado recientemente en la infección/enfermedad por VIH (Godfrey y cols. N Engl J Med 2023). El componente mental y/o espiritual a menudo ha sido descuidado en la atención de los pacientes con sida.  

La educación médica del s. XXI

La formación en valores ha estado ausente en muchas facultades de medicina del mundo occidental. Se ha enseñado todo tipo de procedimientos diagnósticos, técnicas quirúrgicas, dosificación de fármacos, etc.; pero son muy pocas las escuelas de medicina que han incluido en su plan de formación la enseñanza de las virtudes del buen profesional de la medicina. Es paradójico puesto que la vocación del médico es, de forma primaria, la búsqueda del bien del paciente. Así lo señalaba Edmund Pellegrino, el padre de la ética médica moderna, tal como se recoge en el libro ‘Vocación y sanación’ (EUNSA), traducido recientemente al español.

El médico tiene que poder hablar con el paciente sobre el sentido del dolor y de los cuidados paliativos, de los riesgos y beneficios de la edición génica, de la distinción ente sexo y género (Chiclana-Actis y cols. AIDS Rev 2023) y de la objeción de conciencia ante leyes que atentan contra la vida humana (Soriano y cols. Linacre Q 2023). La ética médica tiene que ser una disciplina bien conocida por los profesionales sanitarios y formar parte de su curriculum de formación académica.

Tomando ocasión de casos clínicos reales que plantean distintos dilemas éticos en medicina, se ha publicado el libro Coloquios de Ética Médica (Biblioteca Online, Madrid 2022). Los autores son médicos españoles de distintas especialidades, que desde hace años se reúnen en Madrid cada mes para reflexionar sobre temas actuales de ética médica.

Desde la universidad y con el fin de facilitar que tengan acceso el mayor número de interesados, muchos con horarios difíciles, en UNIR se cursa de forma exclusiva online el Master Universitario en Bioética. Es un título oficial español de posgrado. Desde hace más de un lustro, más de un centenar de alumnos se gradúan cada año, con dos ediciones, una que se inicia otoño y otra en primavera. La duración es de un curso académico, con clases en directo por las tardes y también accesibles en diferido. El claustro cuenta con profesores de prestigio, procedentes de diferentes disciplinas (medicina, filosofía, abogacía, enfermería, farmacia, biología, genética, etc.).

Por último, en Madrid tendrá lugar los días 27 y 28 de octubre el XIV Congreso Internacional de Bioética, organizado por la Asociación española de bioética (AEBI). Es una buena oportunidad para conocer los dilemas éticos actuales en medicina y a muchos de los expertos nacionales.