Infección por HTLV-1 y cáncer en trasplantes

La transmisión del HTLV-1 en trasplantados se asocia al desarrollo de mielopatía o cáncer. El HTLV-1 infecta alrededor de 10 millones de personas en el mundo. Aunque muchos portadores están asintomáticos, un 10% desarrollan complicaciones clínicas a lo largo de la vida, en forma de mielopatía subaguda o leucemia/linfoma de células T. Las personas infectadas pueden transmitir el virus por contactos sexuales, de modo que el HTLV-1 debe considerarse una infección de transmisión sexual (ITS) (Soriano & Del Romero. AIDS Rev 2018). Esto es particularmente frecuente en zonas endémicas, donde el virus también puede transmitirse por la lactancia materna y transfusiones.

Se han descrito casos de transmisión del HTLV-1 tras trasplantes de órganos (riñón, hígado, etc.). En este contexto, existe un mayor riesgo de desarrollar complicaciones clínicas, sobre todo mielopatía subaguda (TSP), con espasticidad en ambas piernas antes de los 2 años tras el trasplante en cerca de la mitad de los pacientes. Por este motivo, se recomienda excluir los anticuerpos anti-HTLV-1 en todos los donantes de órganos. 

En España se han comunicado hasta ahora 4 casos de mielopatía en receptores de órganos trasplantados a partir de dos personas fallecidas accidentalmente. En ambos, la infección por HTLV-1 se conoció después de realizar los trasplantes. Se trataba de personas nacidas en España, pero que probablemente se habían infectado, respectivamente, de madre y pareja sexual oriundas de zonas endémicas en América Latina. Los tres receptores de riñones e hígado del primer donante desarrollaron mielopatía antes del año de recibir el trasplante. 

Igual ocurrió con el receptor de un riñón del segundo donante, a pesar de administrarse antirretrovirales desde el primer momento. Por el contrario, el receptor del otro riñón sufrió rechazo y hubo que extraer el órgano y suspender los inmunosupresores. Aunque la transmisión del HTLV-1 fue confirmada, el paciente permanece asintomático 3 años después de la infección postrasplante (De Mendoza et al. Clin Transpl 2019).

En el sur de Japón, donde la infección por HTLV-1 es endémica, se ha comunicado recientemente el primer caso de leucemia/linfoma por HTLV-1 en un trasplante hepático cadavérico. Sin embargo, la situación es distinta, dado que el receptor ya era portador del HTLV-1 y fue probablemente la inmunosupresión el detonante del cáncer (Motomura et al. Transplant Proc 2019).

En atención a las descripciones de enfermedades por HTLV-1 tras trasplantes, puede concluirse que parece existir un desarrollo diferencial de mielopatía y linfoma, la primera cuando el donante es el portador y el segundo cuando el receptor ya estaba infectado. En ambos casos, la inmunosupresión del trasplante parece ser el desencadenante.