La OMS declaró el pasado 5 de mayo el fin de la pandemia de COVID-19, tras más de 3 años de alarma sanitaria global. Se han confirmado 765 millones de casos y cerca de 7 millones de fallecidos. Todas estas cifras son una infraestimación de la realidad y las muertes por COVID-19 se estima que han superado los 20 millones (COVID-19 Excess Mortality Collaborators. Lancet 2022).
El 31 de diciembre de 2019 China anunció un brote de casos de neumonía grave de origen desconocido en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en el interior del país. Los primeros casos se identificaron en el mercado de animales vivos de Wuhan, donde miles de personas y animales convivían a diario de forma hacinada y con poca higiene.
Perros mapaches en el mercado de Wuhan
La evidencia científica está a favor de que el SARS-CoV-2 pasó a la especie humana desde un animal reservorio, un mamífero domesticado. Los murciélagos son mamíferos voladores que albergan una gran variedad de virus, entre ellos coronavirus (Irving y cols. Nature 2020). En algún momento se produjeron las mutaciones que permitieron que el virus pudiera transmitirse a otros animales. Datos genéticos sugieren que el SARS-CoV-2 infectó a perros mapaches (Freuling y cols. Emerg Infect Dis 2020), desde los cuales pudo pasar a humanos en el mercado de Wuhan y propagarse por vía aérea de forma eficaz (Mallapaty S. Nature 2023).
El oscurantismo chino
En Wuhan está ubicado un laboratorio importante de experimentación con virus, donde se trabajaba con coronavirus en murciélagos, algunos de ellos próximos genéticamente al SARS-CoV-2. La falta de transparencia en la información y la interferencia política de las autoridades chinas ha despertado sospechas desde un principio. Persisten las dudas sobre si el SARS-CoV-2 y la pandemia fueron un fenómeno natural, accidental o deliberado (Gostin & Gronvall. N Engl J Med 2023).
Con fechas más reciente, no sabemos bien qué ha ocurrido en China tras la suspensión abrupta en las navidades de 2022 de las medidas restrictivas (‘política de cero COVID‘) aplicadas durante tres años (Ioannidis y cols. JAMA Intern Med 2023). Se estima que las muertes pueden haber superado el millón, sobre todo en ancianos y personas más vulnerables.
Globalización y riesgo de pandemias
La globalización es un fenómeno irreversible. Son muchas las ventajas de poder acceder de forma rápida y fácil en cualquier punto del planeta al intercambio de conocimientos, productos y facilitar los viajes de personas. Sin embargo, también son innegables los riesgos, como el daño masivo que pueden producir agentes mortíferos, ya sea de forma natural, accidental o deliberada. Por eso es importante saber cómo se originó la pandemia de COVID-19. Solo así podremos poner en marcha acciones para evitar en lo posible que vuelva a ocurrir algo parecido.
Desde la universidad, estamos comprometidos en promover la adquisición de conocimientos en un marco de compromiso social y ético. En un mundo globalizado y con el fin de facilitar que tengan acceso el mayor número de alumnos, muchos los cuales son trabajadores y tienen horarios difíciles, en UNIR impartimos de forma exclusiva online el Master Oficial Universitario en Bioética. La duración es de un curso académico, con clases en directo y también accesibles en diferido. El claustro cuenta con profesores de gran prestigio y procedentes de diferentes disciplinas (médicos, investigadores de laboratorio, filósofos, abogados, etc.).