Crisis sin precedentes de insatisfacción personal en los jóvenes

Hay una crisis de bienestar emocional y salud mental en los adolescentes y jóvenes de los países desarrollados. Aunque la pandemia de COVID-19 ha desvelado la frecuencia y gravedad de los trastornos psiquiátricos en la juventud, el problema viene de antes. Y lo que es peor, parece estar empeorando, según datos de los CDC norteamericanos.

En 2020, las muertes por sobredosis, accidentales o intencionadas con propósito suicida, supusieron la cuarta causa de mortalidad global en Estados Unidos, tras las enfermedades cardiovasculares, los cánceres y COVID-19 (Ahmad & Anderson. JAMA 2021; 325: 1829-30). Entre los jóvenes fueron la primera causa de mortalidad, por delante de las neoplasias y las enfermedades congénitas (Tanz y cols. MMWR 2022; 71: 1576-82).

La frecuencia y gravedad de los trastornos mentales y la depresión, de forma especial han ido en aumento desde el inicio del nuevo milenio (Mojtabai y cols. Pediatrics 2016; 138: e20161878). En Estados Unidos, las muertes de adolescentes están en ascenso desde hace una década. Los suicidios y los homicidios por armas han superado a las enfermedades y los accidentes de tráfico como causa de muerte juvenil (Woolf y cols. JAMA 2023, en prensa). El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte en los jóvenes de 15 a 25 años en muchos países desarrollados (Fazel & Runeson. N Engl J Med 2020; 382: 266-74).

La Universidad de Harvard ha publicado un estudio de bienestar emocional en una muestra representativa de 8.618 adultos de Estados Unidos (Chen y cols. JAMA Psychiatry 2022; 79: 1046-7). Los participantes respondieron un cuestionario validado sobre satisfacción personal en 6 áreas de la vida (salud, carácter, relaciones sociales, trabajo, propósito vital, recursos económicos). Los resultados han sido impresionantes y preocupantes. A diferencia de lo que se reconoció hace dos décadas, el grado de satisfacción personal entre los más jóvenes era el más bajo de todos. Había dejado de ser bimodal (con forma de ‘U’), esto es, máximo en jóvenes y en ancianos; y con una caída en las edades medias de la vida (Blanchflower & Oswald. Soc Sci Med 2008; 66: 1733-49). Los autores concluyen que la protección de la salud mental de los más jóvenes debe considerarse una emergencia nacional.

El prof. Tyler VanderWeele, que lidera el grupo de la Escuela de Salud Pública de Harvard, ha propuesto una serie de medidas para abordar de forma multidisciplinar el problema del deterioro del bienestar emocional en los adolescentes y jóvenes. Se ha acuñado el término ‘human flourishing’ para el conjunto de iniciativas que tienden a la realización personal y a la consecución de un estado de plena satisfacción (VanderWeele. PNAS 2017; 114: 8148-56). Propone 4 áreas de desarrollo personal para mejorar el bienestar emocional y la satisfacción personal: la familia, el trabajo, la educación y la vivencia religiosa en comunidad. 

Podría parecer que las propuestas de Harvard no son nada nuevo y parecen redescubrir aspectos de sentido común. Pero lo cierto es que el aprendizaje y la presión social en los adolescentes y jóvenes de las sociedades desarrolladas está hoy día sujeto a los principios de la cultura posmodernista. Se genera un vacío existencial sin precedentes. Junto a esto, el abuso y adicción a internet y a las redes sociales paradójicamente produce más soledad y despego de los demás, cuando no violencia. VanderWeele señala que es necesario educar y re-descubrir el sentido de la vida y la práctica de las virtudes humanas, sobre todo a los más jóvenes (VanderWeele. PNAS 2017; 114: 8148-56).

Junto con la organización Gallup, el grupo de Harvard iniciará este verano un gran estudio internacional que incluirá un total de 240.000 individuos de 22 países que serán seguidos durante 5 años. Pretende establecer el grado de bienestar emocional y salud mental en diferentes regiones del planeta, así como los factores determinantes ajustados por edad, sexo, situación familiar, desarrollo económico, entorno cultural y creencias religiosas. El estudio permitirá identificar aquellas áreas sobre las que intervenciones de tipo educativo, psicológico y social podrían ser más beneficiosas.

La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha puesto en marcha un Instituto de Bienestar Emocional & Salud Pública, con más de 300 profesionales en el ámbito de la psicología, la educación y la medicina, para aportar soluciones, desde la investigación y la transferencia universitaria, a los crecientes problemas relacionados con la salud mental. El instituto ha puesto en marcha varias iniciativas para la transferencia de conocimiento sobre esta problemática, como el asesoramiento a colegios, a departamentos de recursos humanos de centros laborales, y a profesionales del sector, como psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras, etc.