Hepatitis B: hágase un test al menos una vez en la vida

La hepatitis crónica B es una enfermedad relativamente frecuente y potencialmente mortal. Más de una cuarta parte de la población mundial se ha expuesto al virus de la hepatitis B (VHB), sobre todo en países del Tercer Mundo. Es al menos 5 veces más frecuente que la infección por VIH o la hepatitis crónica C.

No todas las personas expuestas al virus B desarrollan una hepatitis crónica. Lo hacen más del 90% de los bebés de madres infectadas, pero solo el 5% de los adultos expuestos, generalmente por vía sexual. Sin embargo, los que desarrollan hepatitis crónica B tienen un riesgo elevado de desarrollar con los años cirrosis y/o cáncer de hígado. Según la OMS, cada año fallecen más de 800.000 personas en el planeta por estas complicaciones de la hepatitis B (https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-b).

La causa principal de cáncer de hígado en el mundo es la infección crónica por el virus B. Se estima que hay más de 300 millones de personas con infección crónica por el virus B en el mundo (GBD. Lancet Gastroenterol Hepatol 2022).

Aunque existe una vacuna protectora frente al virus B que forma parte del calendario vacunal infantil, en muchos lugares del mundo no se administra o no se completa la pauta vacunal (Ward y cols. Gastroenterology 2019). Por otro lado, la inmunidad puede desaparecer a lo largo del tiempo (Kim y cols. J Pharm Pract 2022). Ambas circunstancias explican que varios estudios han subrayado el bajo grado de protección de la población general frente al VHB en países desarrollados. En España, hasta un 60% de los adultos no tenían marcadores de protección frente al virus B en un estudio reciente (Soriano y cols. Liver Int 2023).

Con el fin de mejorar la protección que proporciona la vacuna frente a la hepatitis B, se ha comercializado una nueva formulación trivalente, que es más potente (Vesikari y cols. Lancet Infect Dis 2021). Las autoridades sanitarias han considerado que sería conveniente que todos los adultos conocieran su status frente al virus B. Así lo han recomendado los CDC americanos en una medida pionera de salud pública (Conners y cols. MMWR 2023). De este modo, se recomienda hacer las pruebas de la hepatitis B al menos una vez en la vida a todos los mayores de 14 años (once in life testing). Esta recomendación de screening universal es coste-efectiva. El test debe hacerse con ocasión de cualquier circunstancia por las que un ciudadano entra en contacto con el sistema sanitario y requiere un análisis de sangre.

Los no protegidos frente al virus B deberán vacunarse. Los infectados que no lo sabían podrán tratarse con medicación oral antiviral. Por último, las personas con inmunidad no deberían hacer nada por el momento. Sin embargo, si más adelante deben recibir inmunosupresores (por cáncer, trasplantes, enfermedades reumatológicas, etc.), podrán beneficiarse de la prevención de reactivaciones del virus B (pre-emptive therapy).

El tratamiento antiviral frente al virus B ha mejorado sustancialmente en los últimos años, tras la aparición de entecavir y tenofovir y, sobre todo, tras comercializarse tenofovir alafenamida (TAF), que tiene menos efectos secundarios. Además, se están desarrollando nuevas formulaciones con actividad muy prolongada, de varios meses, a la vista del éxito que han tenido en el tratamiento prolongado de la infección por VIH (Ullah-Najan y cols. Adv Drug Deliv Rev 2023). Las formulaciones de antivirales de larga duración frente al virus B pueden suponer una gran ventaja para los pacientes con dificultades para las tomas diarias (Soriano y cols. Future Microbiol 2022). Inyecciones intramusculares cada 2-6 meses podrían bastar para tratar a esos pacientes (Das y cols. Sci Adv 2022). Con viremia suprimida, los pacientes tratados no progresan a cirrosis y no son contagiosos para otros.

Con las nuevas vacunas y los nuevos antivirales, hemos iniciado una nueva era para el control de la hepatitis B. Es una enfermedad prevenible y tratable. El compromiso de las autoridades sanitarias y el conocimiento del status de la hepatitis B por el ciudadano pueden suponer un paso de gigante para erradicar el virus B del planeta, como ya hicimos con la viruela.