La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) es la causa infecciosa más frecuente de cirrosis y cáncer de hígado en el mundo (Ye y cols. Front Public Health 2022). Se estima que hay 316 millones de personas con hepatitis crónica B, esto es, un 4’1% de la población mundial (GBD. Lancet Gastroenterol Hepatol 2022). Más de la mitad viven en Asia. De modo comparativo, la infección por VIH afecta a 38 millones de personas, de las cuales 25 millones viven en África subsahariana. Cada año fallecen 555.000 personas por hepatitis crónica B.
La carga sanitaria tan elevada por la hepatitis B es sorprendente si recordamos que la vacuna contra el VHB existe desde hace 40 años y que desde 1992 se incluye en el calendario vacunal infantil. Además, existen antivirales orales muy potentes (como el tenofovir y el entecavir) que suprimen la replicación viral en casi todos los pacientes tratados, aunque la medicación (un comprimido diario) debe tomarse de por vida, porque no erradica la infección por el VHB.
Un estudio de las hospitalizaciones en España durante los últimos 20 años ha demostrado que los ingresos por hepatitis B continúan en ascenso. Hay dos datos de gran interés. El primero es que la proporción de inmigrantes es cada vez mayor entre la población con VHB. Esto se debe a la procedencia de países donde la hepatitis B es endémica y la tasa de vacunación infantil es baja.
La segunda observación de interés es que los ingresos hospitalarios por hepatitis B cada vez son más frecuentes por cáncer de hígado y menos por complicaciones de la cirrosis hepática (Ramos-Rincón y cols. Alim Pharmacol Ther 2023). Esto se atribuye al beneficio de los antivirales orales, que reducen el daño hepático, pero no evitan el desarrollo de hepatocarcinoma. El VHB es oncogénico y puede producir cáncer en ausencia de cirrosis.
Recientemente se han aprobado nuevas vacunas frente al VHB. Son más inmunogénicas (Vesikari y cols. Lancet Infect Dis 2021). Las autoridades sanitarias han recordado la importancia de la vacunación infantil y de examinar a todos los adultos por si fueran susceptibles. En ese caso, se recomienda la vacunación. Por todo lo anterior, es conveniente realizar un test de screening del VHB a toda persona con ocasión de entrar en contacto con el sistema sanitario, al menos una vez en la vida. Solo así puede tomarse la decisión de salud pública más idónea, ya sea la vacunación universal en los susceptibles (Weng y cols. MMWR 2022) o la consideración de tratamiento antiviral en los portadores crónicos.
Un estudio reciente español ha alertado de la baja proporción de adultos con inmunidad frente al VHB (Soriano y cols. Liver Int 2023). De 14.000 personas con más de 18 años, el 1’2% tenían hepatitis crónica B, el 14% infección pasada y el 24% evidencia de haber sido vacunados. El 60% restante eran susceptibles de padecer la infección por el VHB.
El bepirovirsen es la primera terapia génica prometedora para tratar la hepatitis crónica B. En un ensayo clínico fase II publicado recientemente, se examinaron 450 pacientes con hepatitis crónica B. La inyección subcutánea semanal de bepirovirsen produjo curación, esto es, negativización del HBsAg y del VHB-DNA en el 10% de los pacientes (Yen y cols. N Engl J Med 2022).
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