La eutanasia no es un acto médico; los cuidados paliativos sí

La nueva ley de eutanasia que impulsa el actual gobierno español pretende regular el final de la vida, otorgando el derecho al suicidio asistido. Son tres las objeciones de los médicos a esta nueva normativa:

  1. La medicina está orientada a la atención integral del paciente (del latín ‘patiens’, el que padece o sufre). Desde hace 2500 años, el juramento hipocrático establece para el acto médico la secuencia: curar, aliviar y acompañar. De este modo, el médico se forma para proporcionar la cura de la enfermedad. Y si ésta no es posible, aliviar el dolor u otros síntomas. Sin posibilidad de cura o alivio, el médico acompañará a su paciente. 
  2. Los avances médicos permiten en la actualidad proporcionar cuidados paliativos para que casi todos los pacientes fallezcan sin dolor o sufrimiento en los últimos momentos de la vida. El arte de la medicina está orientado a dar vida o salvaguardarla. No cabe alienar el acto médico forzando al profesional a que procure una muerte acelerada del paciente.
  3. La intromisión de los gobernantes con normativas que van contra la profesión médica es un abuso inaceptable. De producirse, supondría una destrucción de la necesaria confianza que debe existir en la relación médico-paciente. En lugares donde se ha aprobado la eutanasia, es frecuente el temor y recelo de muchos pacientes frente a los médicos.

Estamos viviendo un momento histórico, con el planeta azotado por la pandemia de COVID-19. Llevados de un sentimiento de solidaridad, hemos apostado por detener la actividad económica y social para salvaguardar la vida de los más vulnerables, como son los ancianos y enfermos. Ante esta decisión, resulta más que paradójico que unos pocos quieran promover la eliminación de los más débiles con la eutanasia. Y no sólo eso, además pretenden forzar a los médicos para que seamos verdugos. 

El valor de una sociedad se mide por el cuidado que presta a sus ciudadanos más desprotegidos. El Consejo General de Colegios de Médicos de España (CGCME), con fecha 18-12-2020, acaba de comunicar su rechazo a la nueva ley de eutanasia, con las siguientes palabras: “la profesión médica no puede permitir que la causa por la que una persona decida solicitar terminar con su vida sea por la ausencia de apoyo y falta de recursos socio-sanitarios.” 

Es la soledad y el sentimiento de ‘carga’ que suponen para sus familiares y allegados el que lleva a algunos ancianos, enfermos y dependientes a considerar que su vida ya no tiene valor. Lo dieron todo y muchos lo que precisan es compañía. Es de bien nacidos ser agradecidos. No es eutanasia lo que desean sino apoyo social por los gobernantes y atención médica que incluya los cuidados paliativos.