La infección por HTLV-1 en España está infraestimada

Alrededor de 10 millones de personas están infectadas por HTLV-1 en el mundo. A diferencia del VIH, el retrovirus más conocido y agente del SIDA, no hay una pandemia global por HTLV-1. Sí hay focos de alta endemicidad en diversas regiones de Japón, Sudamérica, el Caribe, Australia, Irán y Rumanía. Sin embargo, los recientes grandes movimientos de población, asociados al turismo internacional y las migraciones por trabajo, guerras, etc. están ocasionando que se desdibujen los límites geográficos de alta endemicidad para el HTLV-1.

En España, la infección por HTLV-1 es una de las enfermedades infecciosas olvidadas (De Mendoza et al. AIDS 2017). Tras analizar la población procedente de regiones endémicas para HTLV-1 en Sudamérica y el Caribe, que actualmente vive en España, el grupo nacional para el estudio del HTLV ha comunicado que una gran proporción de infectados no deben saberlo. Muchos nuevos diagnósticos son tardíos, cuando ya se han desarrollado algunas de las complicaciones clínicas, como la paraparesia espástica o la leucemia de células T (De Mendoza et al. Open Forum Infect Dis 2019).

El Dr. Vicente Soriano, profesor de la UNIR, subraya que la importancia de expandir el test del HTLV a diversos grupos centinela, como personas con infecciones de transmisión sexual (ITS) (Soriano et al. AIDS Rev 2018), hepatitis víricas, VIH y SIDA, además de pacientes con sintomatología neurológica o hematológica potencialmente asociada al HTLV-1. Hay otras dos situaciones donde el screening para HTLV puede ser de especial beneficio. Es el caso del cribado antenatal, dado que la retirada de la lactancia materna puede evitar la mayoría de casos de transmisión vertical del HTLV-1.

La otra situación de especial interés para combatir la transmisión y enfermedades por HTLV-1 se refiere al trasplante órganos. De los 5 receptores de órganos de donantes positivos para HTLV identificados en España hasta ahora, 4 desarrollaron paraparesia espástica rápidamente. El quinto se infectó pero permanece asintomático después de la retirada del riñón trasplantado por rechazo y suspensión de la inmunosupresión.

La alta transmisibilidad y patogenicidad del HTLV-1 en los trasplantados se ha cuestionado recientemente por autores japoneses (Yamauchio et al. N Engl J Med 2019), que examinaron todos los trasplantes de riñón que involucraron pacientes con HTLV-1 en Japón desde 2000 a 2014. Aunque el total era de 180, sólo pudieron recoger datos de 99. Tal como se resume en la Tabla, solo 4 de 10 receptores de donantes positivos desarrollaron mielopatía; ninguno cáncer. Uno, además, no se infectó. Por otro lado, ninguno de 59 receptores positivos desarrolló complicaciones por HTLV-1 tras un seguimiento medio de 4 años tras el trasplante. Esta información debe ser interpretada con precaución y en ningún caso debería disminuir la conveniencia del cribado de HTLV en los centros de trasplantes.

HTLV-1 en trasplantes