Nuevos casos de VIH y SIDA

El tratamiento antiretroviral ha transformado la infección por VIH en una enfermedad crónica, con una caída drástica de los casos de SIDA. La extensión de la prescripción de antirretrovirales a personas no infectadas con conductas de riesgo, por ejemplo las que consultan por infecciones de transmisión sexual (ITS), reduce el riesgo de adquirir el VIH. Aunque esta información es bien conocida desde hace años, sólo hace una semana fue recogida en las guías de prevención del VIH por parte de la agencia americana de servicios de prevención (US Preventive Services Task Force, JAMA 2019).

Las recomendaciones de esta agencia estatal sirven de pauta a las aseguradoras médicas y a los hospitales americanos. De este modo, el uso de profilaxis pre-exposición (PrEP) en personas de alto riesgo de contagio deberá estar disponible de forma gratuita para todos los ciudadanos en Estados Unidos. Esta medida supone un esfuerzo más por frenar la epidemia de VIH en EE.UU., que actualmente ha alcanzado un plateau y está estabilizada alrededor de 36.000 nuevos casos anuales. 

Las nuevas guías reconocen el valor de otras medidas para reducir el riesgo de adquirir el VIH, como la abstinencia sexual, la reducción del número de parejas y evitar el uso de drogas por via intravenosa. En cualquier caso, estas recomendaciones no abordan ni resuelven el gran problema del “linkage to care” en EE.UU. El CDC americano estima que de hay 1.100.000 personas que viven con VIH allí, de las que un 73% no siguen o han abandonado los controles médicos y que sólo un 60% toman el tratamiento antirretroviral y tienen viremia indetectable (CDC, 2019). Por tanto, una proporción importante de la población VIH no se beneficia de los antirretrovirales y, además, puede ser fuente de nuevos contagios. Se trata de población marginal en su gran mayoría, como enfermos mentales, usuarios de drogas, vagabundos, alcohólicos, o personas que huyen de la justicia.

Los nuevos diagnósticos de VIH en EE.UU. están estabilizados en una cifra próxima a los 36.000 anuales. En España, esta cifra es de unos 4.000 por año. Al igual que en EE.UU., ha habido una estabilización tras la caída de nuevos casos que siguió a la generalización del tratamiento antirretroviral (test and treat). En España, las personas contagiosas ascienden a 40.000, la mitad porque no están diagnosticadas, 9.000 porque no siguen controles médicos y otras 11.000 porque no toman bien el tratamiento antiretroviral.

La generalización de las pruebas de screening del VIH en regiones rurales del Tercer Mundo no puede hacerse fácilmente. Un grupo español ha publicado recientemente el beneficio de recoger muestras en cartones y remitirlas por correo a temperatura ambiente a laboratorios de referencia en grandes ciudades (de Mendoza et al. Ther Adv Infect Dis 2019; 6: 2049936119851464). Esos cartones o DBS (dried blood spots) permiten el examen de anticuerpos y viremia para retrovirus (VIH-1, VIH-2, HTLV-1, HTLV-2) y virus de las hepatitis B y C.

El siguiente eslabón en la lucha contra el VIH y el SIDA es la erradicación de la infección. Eso todavía está lejos y probablemente dependerá de los avances en genética y terapia génica. Son muchos los grupos internacionales que trabajan en la edición del genoma con CRISPR, aunque la técnica todavía despierta no pocas incertidumbres, como he recogido en un reciente artículo (Vicente Soriano. Hereditas 2019; 156: 18-21).

La otra estrategia para la curación de la infección por VIH, sola o en combinación con otros tratamientos se refiere a la inmunoterapia, que tan buenos resultados está dando en cáncer. Precisamente, el martes 2 de julio a las 4.00pm, el Dr. Mariano Barbacid (CNIO) impartirá en la sede de Madrid de UNIR una conferencia titulada “Nuevas terapias oncológicas del s. XXI: Medicina de Precisión versus Inmunoterapia. La asistencia es gratuita y puede hacerse de modo presencial o virtual. La sesión forma parte del programa online del Curso de Experto Universitario en Genética Clínica & Medicina Personalizada, que UNIR imparte de forma online.