Desde el año 2000 hay un aumento en el numero de infecciones de transmisión sexual (ITS), asociado a la perdida del miedo al VIH. Son tres las intervenciones que explican este fenómeno, conocidas por sus iniciales en inglés como HAART, TAP y PrEP. El tratamiento antirretroviral (HAART, highly active antiretroviral therapy) evita la progresión a sida en los infectados. Además, anula casi por completo la transmisión del VIH a sus parejas sexuales (TAP, treatment as prevention). Por último, la toma de antirretrovirales por personas no infectadas que tienen prácticas de riesgo (PrEP, pre-exposure prophylaxis) disminuye drásticamente el riesgo de adquirir el VIH. En este escenario y de forma compensatoria, el éxito frente al VIH se ha asociado a un aumento en las conductas de riesgo y, por este motivo, en el número de ITS, como publica esta semana JAMA (Traeger et al.).
En un estudio reciente del CDC publicado el último mes se examina de forma exhaustiva la fuente de las nuevas transmisiones por VIH en Estados Unidos (Li et al. MMWR 2019). Se diferencian las personas infectadas por VIH y potenciales transmisoras en 5 grupos: 1) las que acaban de infectarse y no lo saben; 2) las que están infectadas desde hace tiempo y no se han hecho el test; 3) las que conocen que son portadores pero no acuden al médico; 4) los pacientes que se tratan, pero tienen carga viral detectable (fracaso virológico), generalmente por mal cumplimiento; y 5) los pacientes que toman bien la medicación y tienen viremia indetectable. En 2016 había una población censada en Estados Unidos de 323 millones de habitantes. “El número de nuevas infecciones por VIH ese año fue de 38.700, en un país con una prevalencia de 1.100.000 infectados”. Pues bien, tal como se recoge en la Figura, un 80% de las nuevas infecciones por VIH ocurrió a partir de personas que no sabían que están infectadas o que, conociéndolo, no siguen control médico ni toman medicación antirretroviral. Recordemos que la infección por VIH es asintomática durante unos 10 años de promedio.
En Estados Unidos se estima que un 15% de los portadores del VIH no lo saben. Esta cifra probablemente es mayor en España, alrededor de un 20%, con un total de infectados próximo a los 150.000. Los nuevos diagnósticos de VIH en España ascienden a alrededor de 3.500 casos anuales.
El incremento en las principales ITS (gonorrea, sífilis, clamidia, tricomona) en buena parte obedece al incremento de conductas sexuales de alto riesgo en varones homosexuales, a menudo en asociación con el uso de internet y chemsex (Soriano & Del Romero; AIDS Rev 2018). En cualquier caso, es recomendable fomentar las estrategias de “test-and-treat”, procurando administrar la medicación antirretroviral tan pronto se efectúa el diagnóstico de VIH. Además, debe facilitarse la práctica de pruebas de screening del VIH y de ITS y, de este modo, reducir el numero de diagnósticos tardíos. En los adolescentes y para todos los que no tienen prácticas de alto riesgo, la prevención es prioritaria, incluyendo la educación sobre el uso y significado de la sexualidad.
