0tro caso de eliminación del VIH con trasplante de médula ósea

La infección por VIH es de por vida en las personas portadoras, aunque el tratamiento antirretroviral previene el desarrollo de sida. El virus se integra en los cromosomas de los linfocitos infectados y, como provirus, se expresa produciendo nuevas partículas virales. Estos nuevos virus infectan nuevas células del organismo, utilizando el co-receptor CCR5 y el receptor CD4. Hasta ahora no han podido eliminarse todos los provirus en un portador, aunque hay resultados prometedores con terapia genética, tal como señaló el Dr. Vicente Soriano en la presentación del nuevo Curso de Experto Universitario UNIR en Genética Clínica y Medicina Personalizada (https://www.unir.net/salud/curso-genetica-clinica/549203661255/).

En el año 2007 se comunicó el único caso definitivo hasta ahora de curación del VIH, el conocido como “paciente de Berlín”. Timothy Brown fue diagnosticado de una leucemia mieloide. Tras fracasar la quimioterapia y un trasplante de médula ósea, se decidió irradiar al paciente y someterlo a un segundo trasplante utilizando un donante que tenía de forma homocigota una delección en el gen CCR5, que trunca la producción del co-receptor del VIH. La leucemia no recidivó y años después se decidió suspender la medicación antirretroviral, puesto que no había evidencia de replicación viral. El resultado fue impresionante: no hubo recidiva de la infección viral (Hutter et al. N Engl J Med 2009).

Hace dos años, en nuestro país, un varón de 37 años que se infectó en 2009 con el VIH, desarrolló un linfoma en 2012. Recibió 5 ciclos de quimioterapia sin éxito. A continuación se realizó un trasplante autólogo de células madre, que tampoco funcionó. No se encontraban donantes de médula ósea compatibles, de modo que se le propuso un trasplante de sangre de cordón umbilical de una unidad que presentara la mutación en el gen CCR5. La prevalencia en homocigosis es sólo del 1% en nuestra raza. La esperanza era que pudiera curarle el cáncer y erradicar el VIH. Al paciente se le infundió una unidad de sangre de cordón umbilical, con la mutación CCR5, además de células madre hematopoyéticas de un donante un 50% compatible. A los 11 días, el “paciente de Barcelona” ya estaba recuperado y a los tres meses del trasplante, se comprobó que ya no tenía el VIH en su organismo. Se le hicieron múltiples pruebas para asegurar que el virus no estaba en ningún reservorio. Desgraciadamente, el enfermo murió poco tiempo después debido a una recidiva del linfoma (Salgado et al. Ann Intern Med 2018)

Esta semana se ha publicado la erradicación del VIH en otro paciente (Gupta et al. Nature 2019). El “paciente de Londres” permanece en el anonimato. Empezó su remisión como consecuencia de un trasplante de médula ósea para tratar un linfoma de Hodgkin. El caso es muy parecido al de Timothy Brown, el primer paciente declarado curado de VIH. Sin embargo, en esta ocasión la eliminación del VIH requirió un tratamiento menos intensivo, sin irradiación corporal y solo un episodio de trasplante. El paciente lleva más de 18 meses sin tratamiento antirretroviral y no ha habido recidiva viral ni de su cáncer.

Aunque el trasplante de médula ósea de un donante homocigoto para CCR5 defectivo no puede proponerse como tratamiento universal del VIH, constituye la demostración de que la infección por VIH puede curarse.