La infección por la bacteria Lysteria monocytogenes puede producir un cuadro gastrointestinal o bien formas sistémicas graves, con sepsis, abscesos, meningitis, etc. La bacteria puede contaminar alimentos como productos lácteos no pasteurizados, embutidos y mariscos crudos. La listeriosis es especialmente peligrosa en las embarazadas, recién nacidos y pacientes inmunodeprimidos. Aunque es una enfermedad poco frecuente, está en aumento en Europa. Es una enfermedad de declaración obligatoria.
Listeriosis en España
Desde enero del 2000 y hasta finales de 2021 fueron hospitalizados en España un total de 8.152 pacientes con listeriosis (Vázquez y cols. Int J Infect Dis 2024). Cerca de la mitad eran inmunodeprimidos. La edad media de los hospitalizados fue de 60 años.
La tasa de ingreso por listeriosis en España aumentó desde 5 por millón en 2000 hasta 9 por millón en 2021. Un brote en Andalucía debido a carne mechada contaminada produjo un pico en 2019, con más de 240 casos diagnosticados, 4 fallecidos y 6 abortos. Por el contrario, la pandemia de COVID-19 y el confinamiento ocasionaron una caída de casos de listeriosis en 2020. La mortalidad de los pacientes hospitlizados con listeriosis fue elevada (17%) y mayor en los ancianos.
Listeriosis en embarazadas
Las mujeres gestantes tienen un mayor riesgo de desarrollar manifestaciones clínicas tras la infección por Listeria. Entre las complicaciones más frecuentes y graves están la muerte fetal y el daño neurológico. Recordemos el caso del hijo de Bertín Osborne.
Un estudio reciente ha investigado las hospitalizaciones por listeriosis en mujeres gestantes en España desde el año 2000. Se contabilizaron un total de 540 casos de listeriosis en gestantes. En los últimos años había aumentado significativamente (Vázquez y cols. J Infect Public Health 2025). Se recogieron 146 casos de abortos espontáneos, muerte fetal o neonatal. Otros neonatos sobrevivieron a pesar de ser prematuros y/o sufrir complicaciones neonatales.
Listeriosis en inmunodeprimidos
La listeriosis tiene un peor pronóstico en pacientes inmunodeprimidos. El 48% de las hospitalizaciones por listeriosis en España desde el año 2000 se produjeron en pacientes con alguna inmunosupresión (Vázquez y cols. Pathog Glob Health 2025).
Las enfermedades asociadas a inmunodeficiencia con más frecuencia fueron diabetes, trasplantes, insuficiencia renal crónica (y diálisis), inmunodeficiencias primarias, enfermedades autoinmunes y linfomas/leucemias. La proporción de inmunodeprimidos con listeriosis ha aumentado en las últimas dos décadas. Su mortalidad dobla la observada en pacientes no inmunodeprimidos con listeriosis.
Prevención de la listeriosis
Es necesario tener un mayor índice de sospecha diagnóstica de listeriosis, para efectuar un diagnóstico precoz. También son prioritarias las acciones para mejorar la higiene y seguridad alimentarias, que reduzcan el riesgo de contaminación (Herrador y cols. Euro Surveill 2019). Listeria crece a bajas temperaturas (4ºC) y se destruye por encima de 74ºC. Por tanto, es conveniente evitar lácteos no pasteurizados (queso fresco, etc.); calentar carnes y embutidos antes de la ingesta; lavar bien frutas y verduras; y consumir pescados y mariscos bien cocidos.
La vigilancia epidemiológica es fundamental para identificar brotes epidémicos de forma rápida, que permitan identificar la fuente de contagio y poner fin al episodio (Marshall y cols. MMWR 2020). Por último, es conveniente reforzar la educación sanitaria, especialmente en la población más susceptible, como los inmunodeprimidos y las mujeres gestantes.
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