COVID-19: un ‘déjà vu’ en el Día Mundial del SIDA

El SIDA fue la última gran pandemia del s. XX y COVID-19 es la primera gran pandemia del s. XXI. Son muchas las comparaciones que pueden hacerse entre estas dos enfermedades que han asolado la humanidad en apenas 40 años.

Aunque cada año se recuerda el 1 de diciembre la infección por VIH y el SIDA, en esta ocasión todas las miradas se dirigen hacia el nuevo coronavirus causante de COVID-19. En apenas un año, va camino de lograr un número similar de casos de infección y está transformando nuestras sociedades de un modo sin precedentes.

Tanto el retrovirus VIH como el coronavirus SARS-CoV-2 son virus ARN. El primero establece infección crónica en todas las células humanas que infecta, primariamente linfocitos T CD4+. La infección por VIH es de por vida, pues el material genético viral se integra en los cromosomas de las células humanas. La replicación viral es muy elevada a lo largo del tiempo y el sistema inmune se agota en el intento de controlar la infección. Tras un promedio de 10 años aparecen infecciones y neoplasias, que se llaman oportunistas porque toman ocasión de la inmunodeficiencia producida. Es la etapa del SIDA y, en ausencia de medicación antirretroviral, los pacientes fallecen en menos de 1-2 años. 

No ha podido desarrollarse una vacuna frente al VIH, porque el virus tiene una elevada tasa de mutación y de cambios antigénicos, que dificultan la inmunización preventiva. Sin embargo, se han desarrollado mucho antivirales de gran efectividad, sobre todo cuando se administran en combinación. Aunque no se puede erradicar, hoy en día la infección por VIH se ha convertido en una infección crónica no letal. La esperanza de vida de los seropositivos es similar a la de la población general no infectada por VIH.

El coronavirus del COVID-19 muta menos que otros virus ARN, incluido el del SIDA. Esto obedece a que tiene una enzima correctora de errores durante la replicación. Esta característica proporciona suficiente estabilidad antigénica al virus para que haya una gran esperanza en una vacuna eficaz. Por el contrario, frente al coronavirus SARS-CoV-2 no tenemos antivirales efectivos por el momento y la eficacia del remdesivir, el único aprobado hasta ahora, es escasa y muy cuestionada. De hecho, la OMS ya no lo recomienda.

Aunque el 1 de diciembre ha sido tradicionalmente la fecha de conmemoración del Día Mundial del SIDA, este año 2020 las circunstancias claman que esa jornada sirva para recordar la necesidad de aunar esfuerzos a nivel global para combatir la pandemia del coronavirus que asola el planeta. 

Hoy martes día 1 de diciembre, a las 19.00h, UNIR ha organizado un Webinar sobre COVID-19: salud o economía. Tiene una duración de 1 hora.