La hepatitis crónica B afecta a más de 250 millones de personas en el mundo. A pesar de estar disponible una vacuna, la hepatitis B es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más frecuentes. En ausencia de tratamiento, un 25% de los pacientes desarrollarán complicaciones clínicas, como cirrosis y cáncer de hígado. Además, un 10% presentarán manifestaciones extrahepáticas graves, como panarteritis nodosa o glomerulonefritis.
La hepatitis B es endémica en regiones del sudeste asiático y Africa subsahariana. En muchos países del Tercer Mundo no se hacen pruebas de screening antenatal a las gestantes, de modo que la transmisión vertical continúa siendo frecuente en esas zonas. Un grupo español ha publicado recientemente el beneficio de recoger muestras de sangre en cartones y remitirlas por correo a temperatura ambiente a laboratorios de referencia en grandes ciudades (de Mendoza y cols. Ther Adv Infect Dis 2019). Esos cartones o DBS (dried blood spots) permiten el examen de anticuerpos y viremia para hepatitis B y hepatitis C, además de retrovirus (VIH-1, VIH-2, HTLV-1, HTLV-2). De este modo, podrían tomarse medidas para prevenir el contagio de recién nacidos, recomendando antivirales y vacunación precoz.
El tratamiento antiviral de la hepatitis B más generalizado se basa en la administración oral de tenofovir o entecavir. Aunque esos análogos de nucleósidos permiten alcanzar carga viral indetectable a casi todos los pacientes, no eliminan al virus del organismo, de modo que el tratamiento es de por vida. Están en desarrollo nuevas moléculas que bloquean el ciclo de replicación viral en otras fases, como myrcludex, que interfiere con el receptor de entrada en el hepatocito (Vicente Soriano y cols. Expert Opin Investig Drugs 2017).
El siguiente eslabón en la lucha contra la hepatitis B es la erradicación de la infección. Eso todavía está lejos y probablemente dependerá de los avances en genética y terapia génica. Son muchos los grupos internacionales que trabajan en la edición del genoma con CRISPR, aunque la técnica todavía despierta muchas dudas para su utilización en humanos (Vicente Soriano. Hereditas 2019).
Otra estrategia alternativa para erradicar la hepatitis B se basa en la potenciación de los errores de replicación de la polimerasa viral. Un articulo reciente así lo confirma (McDaniel y cols. Antivir Res 2019). Este mecanismo, conocido como “catástrofe de error”, persigue acentuar la tasa de mutación, de modo que la progenie viral se haga defectiva por acumulación de errores genéticos y, de este modo, la infección viral desaparezca. Se ha estudiado con otros antivirales, como ribavirina (Vicente Soriano. Drug Safety 2017), y también con algunos agentes quimioterápicos.
Por último, una estrategia distinta para la curación de la hepatitis B es la inmunoterapia, que tan buenos resultados está dando en cáncer. Precisamente, el hepatocarcinoma asociado a la hepatitis B es uno de los más frecuentes en el mundo. El martes 2 de julio a las 16.00pm, el Dr. Mariano Barbacid (CNIO) impartirá en la sede de Madrid de UNIR una conferencia titulada “Nuevas terapias oncológicas del s. XXI: Medicina de Precisión versus Inmunoterapia”. La asistencia es gratuita y puede hacerse de modo presencial o virtual. La sesión forma parte del programa del Curso de Experto Universitario en Genética Clínica & Medicina Personalizada, que UNIR imparte de forma online.