Hepatitis infantiles por adenovirus tras la vuelta a la normalidad

El entusiasmo tras la retirada de la obligatoriedad de usar mascarillas para prevenir el contagio por el SARS-CoV-2 (COVID-19), se ha visto enturbiado por la reciente descripción de cuadros de hepatitis aguda en niños de causa desconocida.

La primera alarma saltó en Reino Unido hace un mes, según el Centro de Control de Enfermedades Europeo (ECDC) (Marsh K y cols. Euro Surveill 2022). Hace pocos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de casos similares en Estados Unidos, Noruega, Dinamarca e Israel, entre otros. Hasta el momento se han comunicado más de 200 casos. 

Estas hepatitis infantiles se han descrito sobre todo en los países que retiraron más pronto las restricciones vigentes durante dos años por la pandemia de COVID-19. Los niños más pequeños, con edades entre 1 y 7 años, son los más afectados. Un 10% desarrollan una hepatitis fulminante y requieren trasplante hepático. Hasta el momento ha habido un fallecimiento.

En más del 75% se ha documentado una probable etiología vírica (Christie B. BMJ 2022). Se trata de adenovirus, de los cuales hay más de 50 variedades que infectan humanos y que forman 7 grupos, denominados de la A a la G. En concreto, el subtipo F41 es el documentado con mayor frecuencia en estas hepatitis infantiles pos-pandémicas.

Los adenovirus son virus con ADN como material genético. Esto difiere del virus del COVID-19, que tiene ARN. Ninguno de los niños que ha desarrollado hepatitis había recibido la vacuna frente al coronavirus. De modo general, la exposición a los adenovirus se hace a edades tempranas y por vía respiratoria. Hasta los 6 meses de vida, los anticuerpos procedentes de la madre protegen al bebé. A partir de entonces y hasta los 6-8 años, las infecciones van generando la inmunidad infantil. Los adenovirus pueden producir cuadros catarrales y cuadros gastrointestinales. Con menor frecuencia y especialmente en pacientes inmunodeprimidos, se desarrollan manifestaciones clínicas neurológicas, pulmonares o hepáticas. Hasta ahora, las hepatitis por adenovirus eran poco frecuentes y se habían descrito asociadas sobre todo al subtipo C (Lion T. Clin Microbiol Rev 2014).

La hipótesis más probable en el momento actual es que la ausencia de exposición de los niños pequeños durante la pandemia a diferentes virus respiratorios (p.e., en guarderías), habría producido una bolsa importante de población infantil sin apenas inmunidad frente a los adenovirus (Barreiro P. AIDS Rev 2022). Una exposición a edades más tardías podría asociarse a cuadros clínicos más graves, como ocurre con otro virus, como en la hepatitis A, la varicela o el sarampión.

En un mundo globalizado, la emergencia de nuevas infecciones -como las hepatitis infantiles por adenovirus- y la reaparición de otras infecciones ya conocidas –como Ébola en Congo en las últimas semanas-, subraya la necesidad de la vigilancia epidemiológica. Desde la universidad, consideramos prioritaria una formación actualizada y de excelencia del personal sanitario en enfermedades infecciosas. Solo con una buena preparación podremos hacer frente al reto de las nuevas pandemias. Con un claustro de profesores e investigadores de prestigio internacional, en UNIR hemos iniciado el Máster Universitario en Enfermedades Infecciosas & Terapia Antimicrobiana, un título académico que se imparte exclusivamente online.