Las dudas sobre un posible escape del SARS-CoV-2, el coronavirus que originó la pandemia de COVID-19, han resurgido en el último mes. Se han comunicado dos informes sobre el asunto. Por un lado, el Informe de la Cámara de Representantes de EE.UU. apunta al laboratorio de Virología de Wuhan, la ciudad china donde se comunicaron los primeros casos y muertes por COVID-19. Se trata de un escrito de más de 500 páginas, que señala que no hay evidencia que descarte la generación del virus en ese laboratorio y que, de forma accidental o deliberada, llegará y se transmitiera a los animales y humanos del mercado de Wuhan (Mallapaty S. Nature 2024; 634: 14-5).
Por otro lado, los virólogos chinos de Wuhan han presentado en un congreso en Japón un estudio de los genomas de las variantes del coronavirus con las que habían trabajado en el laboratorio de Wuhan durante los últimos 15 años. Ninguno de los virus investigados en murciélagos -el reservorio animal de los coronavirus- podía ser el antecesor del SARS-CoV-2 aislado en humanos (Mallapaty, Nature 2024; 636: 531-2). De este modo, concluyen que el origen del COVID-19 sería natural y no originado en su laboratorio.
¿Qué son las Zoonosis?
Se denominan zoonosis humanas las enfermedades infecciosas que se producen a partir de un microorganismo que tiene un reservorio animal. La OMS estima que más del 60% de los nuevos brotes y epidemias en el mundo son zoonosis. En casi todos los casos hay un salto de virus desde animales a humanos con los que tienen un contacto estrecho. Recordemos que el SIDA, el Ébola, la viruela del mono o la gripe son zoonosis. El paso crítico está en que el virus pueda transmitirse entre humanos de forma fácil. Esto ocurre tras cambios genéticos, esto es, mutaciones.
El informe americano sobre COVID acusa al gobierno chino de opacidad y ocultar datos. También recrimina la financiación económica por parte de la administración de EE.UU. de proyectos en el laboratorio de Wuhan, algunos de los cuales manipulaban coronavirus y experimentaban con variantes más virulentas y transmisibles.
Por último, el informe reprocha la mala gestión de la administración en los primeros momentos de la pandemia. Se produjeron abusos arbitrarios contra la libertad de los ciudadanos, por ejemplo con la prolongación del confinamiento o el uso obligatorio de mascarillas. Subrayan especialmente el daño ocasionado a niños y jóvenes con el aislamiento (Verlenden y cols. MMWR 2024). También atribuyen al mal gobierno la alta mortalidad en las residencias de ancianos. Por último, acusan a diversas instituciones del daño económico y corrupción. No todo es negativo en el informe: subraya el éxito sin precedentes en el desarrollo y distribución de las vacunas, que dicen salvó millones de vidas.
Aprender de COVID-19 para futuras pandemias
El informe americano concluye con una llamada a aprender del COVID-19 para manejar mejor futuras pandemias que, sin duda, advierte que van a ocurrir. COVID-19 ha sido la mayor pandemia en el último siglo y sólo comparable al daño que produjo la mal llamada ‘gripe española’ por H1N1 de 1918. Aquélla se inició en EE.UU. al final de la I Guerra Mundial y fueron los soldados americanos los que la traspasaron a Europa. Se estima que causó 40-50 millones de muertos. Por su parte, los fallecidos por COVID-19 han sido más de 15 millones en el mundo.
La mayor lección del COVID-19 se refiere a la preparación frente a nuevas pandemias (Gostin et al. N Engl J Med 2023; 388: 2305-8). Debemos poder identificar pronto y monitorizar de forma adecuada los nuevos brotes infecciosos, sobre todo en países del Tercer Mundo. Esto se aplica también al riesgo del bioterrorismo. Se trata de dimensionar la salud pública para que sea salud global (‘one health’), . La respuesta a futuras pandemias debe integrar conocimientos de cambios ambientales, microbiología, veterinaria y medicina. La globalización actual no da otra alternativa.
Los profesionales sanitarios deben tener una mejor educación en salud pública. Desde la universidad, en UNIR se impartirá a partir de marzo 2025 el Máster Oficial en Epidemiología & Salud Poblacional. Se trata de un título oficial, acreditado por ANECA, con 60 créditos y con clases online. Las sesiones se emitirán en directo (streaming) y también estarán disponibles las grabaciones. Cuenta con un claustro de profesores de excelencia, muchos de la Escuela de Salud Pública de Harvard.